109 VOLCAR EN KAYAK COMO EVITARLO Y RESOLVERLO

En Planeta Kayak lo decimos claro: no hay kayakista que no haya volcado alguna vez. Da igual si lleváis diez años paleando o si os acabáis de comprar vuestro primera piragua; tarde o temprano el mar, un despiste o un tren de olas os pondrá boca abajo. Y de eso va este episodio: de perder el equilibrio, del miedo, de las risas y de aprender a convivir con todo eso.

Porque volcar no es un fallo: es parte del juego, BRO ;).

EL MIEDO AL VUELCO: PURA FALTA DE INFORMACIÓN

Cuando invitamos a alguien a subirse por primera vez a un kayak, el miedo más común es siempre el mismo: ¿y si vuelco? La mayoría de esos temores nacen de lo desconocido: no saber qué pasará bajo el agua, si seréis capaces de salir del kayak o si algo os rozará las piernas. Pero la realidad es que el miedo se disuelve cuando se entiende lo que está pasando.

rescate de kayakistas
rescate de kayakistas

El primer consejo es sencillo: probad el vuelco en condiciones controladas. En una zona poco profunda, con alguien cerca y en un día tranquilo. Solo así comprobaréis que salir de un kayak cerrado, incluso con cubrebañeras, es más fácil de lo que parece. Lo importante es mantener la calma, no luchar contra el agua y dejarse caer hacia fuera.

POR QUÉ VOLCAMOS (Y COMO EVITARLO) ?

Volcamos por tres razones básicas:

  1. FALTA DE TÉCNICA O PRÁCTICA. Todos hemos visto a ese compañero que sube por un lado y baja por el otro sin avanzar más de 100 metros. Es normal. Cada kayak tiene un equilibrio diferente, y vuestro cuerpo necesita tiempo para interiorizarlo.
  2. KAYAK INADECUADO O CONDICIONES DIFICILES. Un kayak demasiado estrecho en un mar agitado es receta para el baño. El equilibrio perfecto está entre vuestra habilidad, la estabilidad del kayak y las condiciones del día.
  3. POSTURAS ERRÓNEAS. Girarse bruscamente o sacar el pecho del eje del kayak desequilibra. Regla de oro: si vuestros pezones salen de la sombra del kayak, os vais al agua.

CUANDO EL MAR MANDA, LEE EL ENTORNO

Las condiciones meteorológicas son el factor invisible que más vuelcos provoca. Un día aparentemente tranquilo puede esconder trampas: el barco que pasa a toda velocidad y deja un tren de olas oblicuas, una brisa que levanta chopi o una cueva que devuelve las olas como un rebote.

Cada ola, cada corriente, cada ráfaga cambia las reglas del equilibrio. Por eso, progresad poco a poco: no intentéis aprender en el peor día ni con el kayak más exigente. Disfrutad del proceso, de cada baño y de cada mejora.

GESTIONA EL SUSTO Y MANTÉN LA CALMA

El vuelco no es el problema, la reacción sí. Si no habéis practicado antes, el susto puede convertirse en pánico, y el pánico bloquea. La clave está en preparar la cabeza tanto como el cuerpo: ensayar, repetir, conocer el material y tener un plan.

Los accidentes graves suelen tener un punto en común: alguien que abandona el kayak. No lo hagáis. El kayak flota más que vosotros, se ve mejor desde el aire y será lo primero que busquen si pasa algo. Regla número uno: nunca abandonéis el kayak.

QUE HAY BAJO EL AGUA

En el Mediterráneo, el peligro real suele ser una medusa, un erizo o un pez araña. Pero el verdadero riesgo está en los fondos rocosos o playas con poca profundidad, donde un golpe en la cabeza o espalda puede ser serio.

Usa casco en zonas rocosas, escarpines siempre, y neopreno adecuado según la temperatura del agua. Recordad el mantra: “vístete por el agua, no por el aire”.

Y si paleáis en Australia o Sudáfrica… bueno, allí cualquier cosa que se mueva probablemente pica, muerde o pincha.

EVITA PERDER COSAS

Todos hemos visto flotar una gorra o un bidón de agua alejándose mientras remamos resignados. O hemos despedido unas gafas, un reloj o una cámara de acción.

  • Todo lo que no queráis perder, atálo con criterio. Cabos cortos, mosquetones elásticos, o telescópicos para evitar enredos.
  • Todo lo que no queráis mojar, guardadlo en una bolsa estanca.
  • No confiéis en la resistencia al agua de vuestros gadgets. El mar siempre gana.

REEMBARCAR, LA TÉCNICA MARCA LA DIFERENCIA

Volcar es inevitable; saber reembarcar, no. Practicadlo con calma, en días buenos. Tirarse al agua, recuperar el kayak, estabilizarlo y volver a subir. Con práctica, se convierte en un gesto natural.

Un flotador de pala o un estribo de reembarque pueden ser vuestros mejores aliados si estáis lejos de la costa o el mar se complica. Y, por supuesto, nunca salgáis solos. Un compañero o compañera es el mejor material de seguridad que podéis llevar.

CUEVAS, OLAS Y SENTIDO COMÚN

Entrar en una cueva en kayak es una experiencia preciosa… hasta que el mar decide cambiar el guion. Dentro, las olas empujan hacia el fondo y los rebotes son imprevisibles. No entréis si hay mar o viento. El día perfecto para explorar cuevas es el de calma total y buena luz.

RESUMEN DE LAS CLAVES PARA NO VOLCAR

Volcar forma parte del aprendizaje. Lo importante es entender por qué pasa y cómo gestionarlo. Si combináis:

  • un kayak estable,
  • un día favorable,
  • vuestras habilidades en progresión,
  • y buena compañía,

entonces volcar se convierte solo en una anécdota. Un baño más en vuestra historia de kayakistas. Ahora “Ya podéis volcar con absoluta tranquilidad… pero solo si queréis.”

Porque el mar, tarde o temprano, nos enseña humildad. Y volver a subir, volver a remar y volver a volcar, es seguir disfrutando del camino.